Así hemos conmemorado los 40 años desde que en 1975 se instituyera esta práctica, rezando desde las 8 horas los misterios rosarianos junto a nuestra Madre bajo el escenario de las bóvedas barrocas de la parroquial, intercalados con las conocidas 'coplas de la aurora' interpretadas por los miembros de la Camerata Ipagro. Finalizadas las estaciones y tras un breve tiempo, a las 10.30 horas participábamos en la eucaristía dominical presidida por el párroco, Rvdo. Reina Hurtado. En su homilía, tras recordar que además de esta efemérides, la iglesia celebra hoy el día de las misiones, ha puesto como ejemplo de seguimiento a María, la primera voluntaria fiel de los designios de Dios quien, con su humildad, se convierte en modelo para los cristianos.
A los sones de la marcha "Virgen del Amor Doloroso", adaptada a guitarra, laúd y bandurria, nuestra Madre volvía en sus andas hasta la capilla sacramental a hombros de sus cofrades. El rezo de la Salve ponía el punto y final a un rosario en el que no solo hemos hecho memoria agradecida hacia quienes tuvieron la feliz idea de ponerlo en práctica hace ahora 40 años sino que, también, hemos refrendado la norma estatutaria que indica seguir convocándolo en ediciones venideras sin perder su verdadera esencia: acompañar a María en su dolor, rezando el rosario al alba de un domingo de octubre.
