miércoles, 16 de septiembre de 2015

[NOTICIA] ENTREGADA UNA NUEVA APORTACIÓN A LA ESCUELA DE ADULTOS

En una jornada tan significativa para los cofrades de Pasión como fue la de ayer, en la que celebrábamos la festividad de los Dolores Gloriosos de María, se hacía entrega de una nueva aportación económica destinada al mantenimiento de la Escuela de Adultos "Madre del Amor Doloroso". Nuestro hermano mayor, Antonio Miguel Sánchez, procedía a poner en manos de Manuel Lozano, sacerdote responsable de la Misión que la Iglesia diocesana de Málaga mantiene en la localidad venezolana, un donativo por valor de 3.000 €. Una cantidad que responde a parte del beneficio obtenido en la Caseta "El Farol", en las ediciones de 2014 y 2015. Actuaban de testigos los sacerdotes Francisco Aranda y Jesús Miguel Benítez, así como los cofrades que han detentado la responsabilidad de hermanos mayores de la corporación sacramental: Francisco José González, Luís López, Juan Miguel Benítez y Joaquín Orell.

Una cifra que se suma a las aportadas a lo largo de los nueve años anteriores ascendiendo a un total de 46.000 €. Un compromiso solidario que la Archicofradía asumió como gesto del Año Jubilar Mariano "Amor Doloroso" concedido en 2006 por el papa Benedicto XVI y que mantiene en la actualidad junto a otras acciones asistenciales. Un gesto agradecido por Lozano Pino quien, una vez más, recordaba que gracias a estas pequeñas acciones se ha conseguido construir un necesario complejo educativo que hace mucho bien tanto a los caicareños como a los habitantes de su periferia. En esta ocasión, el donativo irá destinado íntegramente a reforzar la seguridad del centro, ya que la delincuencia es quizás una de las principales preocupaciones del municipio.

A lo largo de su vida educativa, la escuela de adultos ha recibido a más de 4.500 alumnos que han aprendido un oficio, de los cuales casi 800 han conseguido graduarse en Bachillerato obteniendo a su vez el título de Técnico Medio reconocido por el Ministerio de Educación venezolano. La dificultad de desplazamiento entre poblados así como las ocupaciones familiares, hacen difícil la presencia diaria de alumnos aunque en un alto porcentaje muestran un deseo imperioso por el aprendizaje. Muchas de las clases son igualmente retransmitidas por la radio para hacerlas llegar hasta hogares alejados. Talleres de albañilería, electricidad, corte-confección, peluquería o repostería son algunos de los quince oficios que se ofertan en las aulas de las Escuela que proyecta, en próximos años, aumentar el complejo educativo con un nuevo aulario. En la capilla ubicada en el centro, las fotografías de Jesús de la Pasión y María Santísima del Amor Doloroso, situadas en el altar junto al sagrario, recuerdan el patronato que la Archicofradía ostenta con esfuerzo y orgullo.

Otras obras asistenciales
Además de la Escuela venezolana, Pasión intenta poner sus escasos medios a favor de quienes más nos necesitan. Así, en la Fundación Corinto se vienen asistiendo mensualmente a un considerable número de personas, completándose las actividades con la colaboración con Cáritas parroquial de los Santos Mártires y Hogar de san Juan de Dios, becas de apadrinamiento para estudiantes de familias necesitadas así como atención constante a familias y hermanos que así lo requieren. Al mantenimiento de estas acciones contribuye la propia tesorería de la Archicofradía, destinando el 40% de las cuotas de hermanos, así como cuantas actividades extraordinarias promociona la Vocalía de Caridad, como la reciente interpretación en mayo de una obra de teatro o la próxima cena benéfica prevista para noviembre. Con todo, nuestro radio de acción tiene un alcance limitado, siendo conscientes que la unión con otras hermandades y asociaciones conllevaría una mejor cobertura así como la implicación de más hermanos en esta tarea en sus facetas económicas y de voluntariado, revertería en mejorar una labor de por sí necesaria. Ojalá podamos seguir ayudando a todos cuantos llaman a nuestras puertas.

[CRÓNICA] FESTIVIDAD DE LOS DOLORES GLORIOSOS DE MARÍA

Ayer, martes 15 de septiembre, vivimos una singular jornada. Desde la Vigilia de salutación desarrollada en la penumbra de Los Mártires al filo de la medianoche, impregnando el ambiente de oraciones y cantos corales, hasta el final del besamanos al caer la tarde, nuestra Madre, María Santísima del Amor Doloroso, fue recibiendo muestras de amor y devoción de sus hijos con motivo de la celebración de su festividad.

Hasta sus plantas acudieron un reguero de cofrades dispuestos a prender en las manos entrelazadas de la madre, sus peticiones, anhelos y súplicas. Ella, dispuesta en el centro de la Capilla Sacramental, escoltada por rosas y cirios blancos, se daba a los suyos como hace cada año al llegar este importante día.

Si en la noche, el rezo de la corona franciscana de los siete gozos unido a las reflexiones de reconocidos teólogos nos invitaban a un intimismo cuasi místico, a lo largo de la mañana y la tarde, los besos de los fieles daban muestra de una piedad popular que entiende la relación con María de una manera directa, sencilla y clara. Para finalizar el día, la Función Solemne nos deparaba el encuentro con el Señor en el banquete de la Eucaristía. Nuestro hermano sacerdote, Rvdo. Francisco Aranda Otero, nos recordaba en su homilía el sentido del dolor en María, asemejándolo a "los verdaderos amores". A partir de ahí trazaba un paralelismo entre el corazón doloroso de la Madre y el contexto en que vivimos hoy, interrogándonos sobre hasta "dónde estamos dispuestos a entregarnos" en el servicio a los demás. Poniendo como ejemplo al propio Jesús, "nuestro maestro y señor", nos invitaba a implicarnos como él a favor de quienes más nos necesitan.

Unas palabras que, al término de la Función, se refrendaban con hechos y gestos significativos. Y es que ayer fue el día elegido para hacer entrega a Manuel Lozano, sacerdote encargado de la misión que la Iglesia diocesana de Málaga tiene en Caicara del Orinoco -Venezuela-, de una nueva aportación económica destinada a la Escuela de Adultos "Virgen del Amor Doloroso". Un esfuerzo solidario con el que nos comprometimos hace ahora nueve años y cuyos frutos prenden en los cientos de caicareños que a diario acuden al centro, protegidos por el manto de nuestra Madre.