El comisario encargado de la misma, el Rvdo. Miguel Ángel Gamero, resaltaba hace unos días que con dicha actividad se pretende poner de relieve el importante papel que la Iglesia diocesana ha desempeñado en esta trayectoria histórica a partir de un hilo conductor que abarque obras significativas (esculturas, pintura, platería) puestas al servicio de la acción litúrgica y la evangelización.
En este sentido, días atrás recibíamos la petición por parte del Vicario General de ceder dos piezas del patrimonio de la Archicofradía para que se integren junto al resto de la selección de obras. Se trata del manto procesional de María Santísima del Amor Doloroso (obra diseñada por Fernando Prini y bordada en oro y sedas sobre terciopelo burdeos por Joaquín Salcedo entre 2004 y 2005) y el Cireneo tallado por Antonio Castillo Lastrucci en 1957 y que ha estado procesionándose hasta 2009. Esta última obra se integrará en un montaje escénico que alusivo al triunfo de la fe.