El tercer día de
Quinario a Jesús de la Pasión, festividad del Patriarca Señor San José, el
Rvdo. José García hacía un pequeño paréntesis en el hilo argumental de los días
anteriores, “oasis penitencial” al igual que los la Iglesia nos ofrece a lo
largo del año: Navidad, que tiene a María como eje central; y este de Cuaresma,
con José como referente. Son momentos en los que la Iglesia nos anima, al
amparo de María o de José, a buscar su consuelo, entregarnos ellos y encontrar
el descanso espiritual con el que poder tomar aire y volver al sendero marcado
por Dios.
El Evangelio del día
–Mateo, 1,16.18-21.24, narra explícitamente cómo fue el nacimiento de Jesús,
centrándose en San José mostrándolo como un hombre confiado de Dios y temeroso
de él. Un temor no como el que podemos entender hoy día, sino como sabedor que
algo maravilloso ha sucedido por la presencia de Dios, y la certeza de no ser
digno de acercarse a algo tocado por Dios. En la aparición del ángel en sueños,
es Dios es que le está diciendo “cuento contigo, no temas acercarte a María; tu
misión es crucial, tu le pondrás por nombre Jesús”.
José no es un
cualquiera en la historia de la salvación, está al mismo nivel que María: los
dos dijeron sí a Dios. José, supo escuchar a Dios y supo decirle que sí. Esto
es precisamente lo que más nos falte hoy a los cristianos, volver a aprender a
escuchar la voz de Dios para poder decirle un “sí” tan grande como el que le
dijeron María y José.
Coincidiendo el cuarto
día de Quinario con viernes de Cuaresma, a las 19:30 horas celebraremos el
ejercicio del Vía+Crucis. Al igual que el año anterior, procesionaremos
claustralmente el antiguo Crucificado con el que Pasión realizaba en las tardes
de cada Viernes Santo este mismo culto piadoso en la plaza del Obispo, elevado
sobre las andas felizmente recuperadas de Cristóbal Velasco. Cada una de las
Estaciones, dispuestas a lo largo de las naves parroquiales, se rezarán desde
la Capilla Mayor.
Tras este ejercicio
piadoso propio del tiempo cuaresmal, participaremos en la Eucaristía. Estará
presidida como en los días anteriores por nuestro hermano, Rvdo. José García Carrasco.
Terminaremos la jornada a los pies del Señor de Pasión y de nuestra Madre del
Amor Doloroso, rezando la Salve Regina.