domingo, 30 de noviembre de 2014

[CRÓNICA] - COMIENZA EL ADVIENTO, A LA ESPERA DEL REDENTOR

En la tarde de ayer, la Vocalía de Formación convocaba a los hermanos para preparar y adecuar el espíritu ante la inminente venida del Señor. A las 18 horas, daba comienzo la Convivencia de Adviento con la exposición de Jesús Sacramentado en la sala de cabildos de la Casa de Hermandad. Minutos después, el rezo de los misterios del Santo Rosario ponían la musicalidad adecuada a la veneración del Señor. Instantes que provocan la obligada calma para una vida que transcurre siempre rápida, produciendo la meditación y la contemplación de la Hostia consagrada en la custodia una necesaria paz interior. El "dulce néctar" del que hablaban los místicos medievales.

Finalizaba el encuentro con una breve alocución de nuestro Director Espiritual, Rvdo. Cortés Jiménez, glosando a los cuatro grandes protagonistas del Adviento: Isaías, Juan Bautista, María y el Salvador. El seguimiento de sus acciones, marcadas por el testimonio evangélico de los cuatro domingos del Adviento, ha de provocar en nosotros tres actitudes a mantener hasta el feliz alumbramiento de la Natividad: vigilancia, alegría y una oración no sólo contemplativa, sino también activa. Aprovechando la celebración del Año Santo Teresiano, el célibe recordó que Cristo volverá a nacer y se hará presente "en medio de los pucheros", en nuestras tareas diarias. Ante la doble pregunta de si es posible encontrarlo y dónde podremos hacerlo, las respuestas pasan siempre por mantener una espera gozosa, esperanzada y alegre.

El Señor, Jesús Sacramentado, no pone faltas. Su casa, la hermandad, no es una escuela disciplinada. Pero sin embargo si echa de menos a hermanos, a cofrades, a fieles. Quizás, ayer, entre las ausencias, estaba la tuya. No lo olvides. Él siempre te espera y nosotros, todos, nos toca prepararnos para su venida.