domingo, 24 de noviembre de 2013

EL PAPA CLAUSURA EL "AÑO DE LA FE"


Mientras en Málaga celebrábamos con gozo el fin del "Año de la Fe", el papa Francisco hacía lo propio en una multitudinaria celebración eucarística desarrollada en la plaza de san Pedro, en El Vaticano. En su homilía destacaba, al hilo de las lecturas de hoy domingo, festividad de Cristo Rey del Universo, que el cristiano que se precie de serlo ha de poner a Jesús en la "centralidad" de sus pensamientos, palabras y obras. Perder ese centro y sustituirlo por otro provocará daños "tanto para el ambiente que nos rodea como para el hombre mismo". Por eso ha subrayado que unidos a Cristo "participamos de un solo camino, un solo destino. Solamente en Él, en Él como centro, tenemos la identidad como pueblo". En este sentido, el Pontífice recordaba que gracias al "Año de la Fe" hemos podido "descubrir la belleza de ese camino que comenzó el día de nuestro bautismo, que nos ha hecho hijos de Dios y hermanos en la Iglesia. Un camino que tiene como meta final el encuentro pleno con Dios". Con el recuerdo a otras religiones y a los "muchos perseguidos" que por causa de su fe son perseguidos en el mundo, acababa una intervención corta pero intensa en cuanto a mensaje y clarividencia.

Así mismo la ceremonia ha servido para exponer públicamente y por primera vez, los restos del apóstol san Pedro, situados en una caja exequial de bronce junto al altar. La colecta obtenida con el donativo de los fieles marchará a Filipinas, para paliar cuanto se puedan los desastres del tifón Haiyan.

FIN DEL "AÑO DE LA FE" CON LA RESURRECCIÓN DE CRISTO


Con la celebración esta mañana en la Catedral de una Solemne Eucaristía presidida por el Obispo, Monseñor Catalá Ibáñez, y el posterior regreso en procesión de la imagen Titular de la Agrupación de Cofradías, el Cristo Resucitado, hasta la iglesia de san Julián, se ha puesto fin a las celebraciones del Año de la Fe comenzadas justamente hace un año para conmemorar el 50º aniversario de la constitución del Concilio Vaticano II.

En su homilía el Prelado malacitano destacaba el valor de la fe y la necesidad del cristiano de ser testigo activo de Cristo, dando ejemplo de vida coherente con el Evangelio. Tras la Eucaristía se ponía en marcha el cortejo saliendo por el patio de los naranjos minutos antes de las 13 horas, integrado por representaciones de todas las cofradías de Penitencia y Gloria de la ciudad. Delante del trono del Cristo, la Junta de Gobierno de la Agrupación. Tras transitar por las antiguas calles de la judería se llegaba, a paso lento, hasta las proximidades de san Julián, despidiéndose las hermandades en las aceras de la calle Nosquera. Cristo Resucitado entraba en su sede pasadas las 15:30 horas, poniendo así el broche final a todos los actos organizados por las corporaciones nazarenas de Málaga.

HERMANOS EN EL AMOR A JESÚS NAZARENO


Ayer sábado, 23 de noviembre, vivimos una jornada histórica. Pasión se trasladaba hasta la villa de Almogía, pueblo ubicado en las estribaciones de los Montes de Málaga, para oficializar la Carta de Hermandad con la Cofradía de Jesús Nazareno.

Una representación de la Archicofradía encabezada por el hermano mayor, Antonio Miguel Sánchez, y seguida por los hermanos que ostentaron tal dignidad en años anteriores –Joaquín Orell, Juan Miguel Benítez y Luís López–, escoltados por el Guión y una veintena de cofrades, llegaban por la calle Jesús Nazareno hasta las inmediaciones de la Parroquia de la Asunción donde esperaban corporativamente el hermano mayor y demás oficiales de la Hermandad anfitriona. Tras la bienvenida, ambos cortejos entraban en el Templo, encontrándose la imagen Titular de Jesús expuesta en el bajo presbiterio.

La Eucaristía de Acción de Gracias, presidida por el párroco de Almogía, Rvdo. García Paniagua, y concelebrada por nuestro Director Espiritual, Rvdo. Cortés Jiménez, comenzaba a los sones de la composición “Virgen del Amor Doloroso” interpretada por la banda de música “Jesús Nazareno”. Tras la homilía, el Secretario de Pasión, Antonio F. Fernández, procedía a la lectura del acta del Cabildo celebrado en enero en la que queda constancia del acuerdo unánime de los cofrades de Pasión de establecer este hermanamiento con la Corporación morisca, a la vez que el Guión, el hermano mayor y resto de cofrades, componían la Mesa de Gobierno ante el altar mayor. Tras la audición, se le entregaba dicho acuerdo enmarcado al hermano mayor de Jesús.

Una ceremonia religiosa celebrada como punto final al Año del Nazareno vivido en Almogía para conmemorar la llegada hace 75 años de la imagen del Señor, vivida por unos fieles que abarrotaban el recinto sacro y que escucharon durante la Comunión la composición “Jesús de la Pasión”. A la finalización, el secretario de la Hermandad anfitriona procedía a dar lectura a una serie de acuerdos tomados por su Junta de Gobierno, entre ellos, agradecer el gesto de Pasión de desplazarse hasta la Villa morisca para oficializar el hermanamiento. Gesto que fue agradecido con un cuadro con sus cuatro Titulares. Posteriormente, el hermano mayor, Juan Díaz, procedía a desgranar mediante un discurso todos los intensos meses vividos en el pueblo con motivo de estas efemérides. A su término, la banda de cornetas y tambores “Jesús Nazareno”, interpretaba un pequeño concierto de marchas tras el cual se procedía a un multitudinario besapiés a la imagen del Señor que lucía la túnica bordada por el taller de Manuel Mendoza y las potencias labradas por Manuel Valera. Finalizada la actividad en la Parroquia, nos trasladábamos a la Casa de Hermandad de Jesús en donde fuimos obsequiados con un ágape.

Desde estas líneas agradecemos muy sinceramente las cuantiosas muestras de cariño que nuestros hermanos –de iure y de facto– tuvieron una vez más con los cofrades de esta Archicofradía, sellando en la Carta de Hermandad unas relaciones de fraternidad, colaboración mutua y servicio permanente que comenzaron en 1992 cuando la banda de Jesús acompañó musicalmente al Nazareno de Pasión en su Estación de Penitencia, siendo además ésta la primera vez que su paso era acompasado por una agrupación musical; acudir a Almogía es hacerlo a tu misma casa, hablar un mismo lenguaje cofradiero y sentirte plenamente identificado con un saber hacer que tanto recuerda al indeleble “sello Pasión”. Gracias, hermanos, por tanta generosidad. Os esperamos en Málaga para volver a testimoniar públicamente a los pies del Señor de Pasión, una misma devoción al Nazareno con la cruz a cuestas y al Doloroso Amor de María.