domingo, 5 de mayo de 2013

EL MES DE MARÍA



Mayo es, por antonomasia, el mes de María. La Iglesia dedica estos días a nuestra Madre en paralelo a la eclosión de la primavera que preludia el inminente verano, al igual que en la Antigua Roma se festejaban los cultos a la fecundidad. La alegría externa ante el despertar de la Naturaleza y la explosión del color de los vergeles, es el mejor acompañante de nuestra devoción a la Flor entre las flores, Rosa Mística, Madre del Salvador.

De ahí, hermano, nuestra invitación a reflexionar en estos días en los misterios de la vida de María, sus apariciones y actuaciones a lo largo de la Historia de la Salvación, sobre los cuatros dogmas reconocidos por la Iglesia y meditar sobre sus virtudes para, en definitiva, vivir una devoción real y verdadera en Ella. Así, en cualquier momento del día, recuerda a nuestra Madre, tenla presente en tu diario quehacer; y, si puedes, hónrala ante su presencia en Los Mártires. Ella, con sus manos juntas, guarda en su corazón el amor de sus hijos. Y al final del mes, cerraremos esta especial dedicación, peregrinando como de costumbre ante las plantas de nuestra Patrona, Santa María de la Victoria. María, Madre, ruega por nosotros.