domingo, 21 de abril de 2013

POR EL CAMINO DE LA EVANGELIZACIÓN



La Convivencia Pascual celebrada ayer en la Casa de Hermandad supuso una oportunidad para reflexionar sobre la función de la Archicofradía, en particular, y de la Iglesia, en general. A la luz de unas notas manuscritas del Cardenal Bergoglio, repartidas al resto de purpurados durante la celebración de las Congregaciones Generales previas al Cónclave, hicimos un breve análisis sobre la actualidad eclesial para proyectar el modo en que en futuro debemos trasladar al mundo el mensaje de Cristo. Nos acompañó nuestro hermano, Rvdo. Salvador Gil.

En un ejercicio exegético, dichas notas sirvieron para trazar un paralelismo entre la vida de la Iglesia y de la Archicofradía. El gran reto es sin duda la evangelización, esa “dulce y confortadora alegría”, en palabras del papa Pablo VI. Para ello debemos tener presente cuatro puntos básicos: evangelizar supone “celo evangélico”, es decir, la necesidad de salir de sí mismos e ir hacia la “periferia existencial” donde se encuentra el pecado, el dolor, la injusticia, la ignorancia, la pobreza o la persecución religiosa; si no hacemos esa proyección y no nos abrimos al exterior, estaremos siempre “autorrefenciándonos”, cayendo en la complacencia propia, aislados, sin permitir que Cristo salga al encuentro de quien verdaderamente lo necesita; de ahí la existencia de dos realidades, una, la “mundaneidad espiritual” en donde todo es incienso para lo que hacemos y en la que nos damos gloria los unos a los otros y, otra, más evangelizadora, que sale de sí como fiel reflejo de la luz de Dios, el Sol que brilla y da sentido a la vida porque es su centro y razón de existir; por lo tanto, sólo desde la contemplación y la adoración a Cristo podremos ayudar a la Iglesia y a la Hermandad a salir hacia las periferias existenciales y ser verdaderamente útiles a los demás.

Sin duda, estas reflexiones suponen una llamada de atención a nuestra actividad, un instante necesario para la revisión interior y el reagrupamiento de ideas, proyectos y actividades. La luz de las palabras del hoy papa Francisco nos han de servir para estar atentos ante el Magisterio activo del Pontífice. Una persona que, por pura coincidencia, fue elegida como máximo representante de la Iglesia justo cuando celebrábamos el segundo día del Quinario a Jesús de la Pasión. Irremediablemente, sus obras e intenciones deberán estar unidas al futuro de nuestra Archicofradía. Atentos porque este viaje hasta la pureza del mensaje cristológico acaba de comenzar y tenemos que ir “al paso” que desde la Cátedra de San Pedro se está marcando.

Terminada la Convivencia con el rezo del Credo y orando por los frutos que a buen seguro deparará este Año de la Fe, nos trasladábamos hasta el Templo de los Santos Mártires donde, a partir de las 20 horas, celebrábamos el gozo de la Pascua en una Eucaristía comunitaria en la que participaron todas las realidades asociativas parroquiales. Dimos así gracias a Dios por todo cuanto hemos tenido el gozo de vivir durante la pasada Cuaresma y Semana Santa con un propósito claro: el de vivir eternamente en la Pascua de la Resurrección haciendo nuestra esa “dulce y confortadora alegría de la evangelización”. Que así sea