El lunes, 30 de enero, los hermanos de Pasión estaban convocados a dos importantes citas: la primera, en los Mártires, para compartir la celebración eucarística en la que se conmemoraban los aniversarios de la bendición del Señor y de la fundación de la Cofradía del Santísimo Sacramento; la segunda, en la casa de hermandad, para aprobar, entre otras cuestiones, la salida de la hermandad el Lunes Santo de 2012.
Junto a la Mesa Eucarística, el director espiritual recordaba a los cofrades su doble carisma cristiano, el penitencial y el sacramental. Una vocación elegida de forma libre al ingresar en el seno de la corporación y que debe ser estimulada constantemente en pro de los fines propuestos. Con el canto de la Salve Regina a nuestra Madre del Amor Doloroso se daban por finalizados los cultos.
En la Sala de Cabildos, setenta y seis hermanos aprobaban unánimente realizar la Estación a la Catedral el próximo Lunes Santo, conociendo de primera mano el cartel anunciador de la misma (excepcional obra de Juan Jesús Palacios, quien ha sabido captar la esencia misma de lo que significa particularmente para el cofrade de Pasión la vivencia de la salida procesional), el acompañamiento musical, los cargos de responsabilidad nombrados por la Junta de Gobierno, las variaciones en el recorrido y la cuantía de las luminarias. Igualmente se daba luz verde a los austeros presupuestos económicos para este ejercicio así como al extenso calendario de cultos previsto conforme a lo establecido en las Reglas. Refrendo que también obtuvieron de forma abrumadora los tres hermanos propuestos para la concesión de la medalla de plata de la hermandad tras la instrucción de los preceptivos expedientes, mérito contraído por Juan Manuel Bermúdez, José Manuel García y Eduardo Nadales por su trayectoria de servicio y trabajo en pro de Pasión.
El Cabildo contó además con la presencia del Delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Rvdo. Francisco Aranda Otero, igualmente hermano de esta Archicofradía, quien quiso dirigirse a los capitulares presentes animándolos a continuar en la tarea evangelizadora e incidiendo en la importancia de la valía humana del cristiano en la sociedad actual, complementando así las palabras pronunciadas anteriormente por el Hermano Mayor quien convocaba a todos a preparar el espíritu ante la inminente Cuaresma colaborando igualmente en las tareas que deben realizarse durante la misma. Con la oración final se daba por concluida una jornada que nos acerca a vivir las vísperas de una nueva Semana Santa.