domingo, 29 de noviembre de 2009

ADVIENTO, TIEMPO DE ESPERANZA

Hoy comienza el Adviento, un nuevo año en la vida litúrgica de la Iglesia. El vocablo, de origen latino, refresca la creencia cristiana en la espera ilusionada ante el advenimiento del Mesías, del Niño Dios. Y ese encuentro se realiza mediante signos y circunstancias que patentizan el acercamiento de Cristo que viene a nuestro encuentro cada día. Especialmente para el cofrade es ésta la época de "quedadas" cotidianas con Dios a través del hermano que más lo necesita, de la liturgia o de los sacramentos, convencido que el Reinado de Dios triunfará definitivamente sobre el mundo, que la misericordia tumbará al desamor y que el gran poder divino vencerá irremisiblemente sobre la mezquindad material.

Precisamente, esto es lo que nos recuerda el salmo: En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente; es una clara exhortación al fiel para que construya, con hechos y palabras, con anuncios y denuncias, con comportamientos y actitudes, los necesarios espacios y tiempos en los que la esperanza cristiana sea capaz de hacer presente el Reino de Dios en el mundo. De ahí que este tiempo nos obliga a adoptar una actitud de vida y un compromiso personal-comunitario que manifieste en lo más humano y cotidiano de nuestro presente todo cuanto bueno nos tiene reservado Dios en su morada celestial. A este esfuerzo nos invita también San Pablo: Ya es hora de despertar del sueño, que la salvación está ya más cerca.

Por ello, hermano de Pasión, tu Archicofradía te ofrece la posibilidad de despertar ante estas llamadas de atención y de concienciarte ante la pasividad de nuestro entorno, a sentirte partícipe de la felicidad de ser cristiano y de la utilidad de esta condición al servicio del Evangelio. No es un mensaje caduco el que trasmite el Adviento; todo lo contrario, es un golpe al corazón, una alarma continuada a tomar conciencia, a luchar por lo que te importa como comunidad. Participa, por lo tanto, en la próxima Convivencia Eucarística convocada para el Sábado, 12 de diciembre, a las 18 horas ante Cristo Sacramentado expuesto en nuestra Capilla. Déjate seducir por su presencia salvífica, abandona por un momento tus importantes quehaceres y ven a comprobar cómo es el propio Jesús de la Pasión, verdadero alimento en nuestras vidas, dulce néctar que calma la sed, el que te invita a seguirle para convertirte en Cireneo de su Palabra mesiánica.