lunes, 23 de marzo de 2015

Y EN UN LUNES...

Será Lunes Santo!!! El reencuentro con una forma de vida. El saludo renovado a los hermanos. Las reedición de las vivencias que cada uno guarda en la memoria que anida en el alma. El volver a sentir la sensación única de vestir el hábito morado, enfundarse el cíngulo de esparto y prepararse para comenzar el camino. En siete días, la comunidad pasionista volverá a hacerse cofradía de nazarenos. La hermandad de todo el año se convertirá en silente cortejo. Es el retorno a la primera vez que vestimos la túnica, en la niñez, en la adolescencia o hace menos. La fecha en la que todo vuelve a su punto de partida se aproxima inexorable. Horas faltan para volver a poner a prueba los sentimientos y que los corazones dancen al ritmo de un acompasado tambor. El momento que soñado está a punto de hacerse nuevamente realidad.

Cada uno, consigo mismo, cumplirá con la misión asignada y voluntariamente comprometida. Las naves de los Mártires parecerán ensancharse para acoger el cortejo humano mientras Ellos, los que verdaderamente son los protagonistas del día, lucirán radiantes sobre sus tronos. Llegará entonces ese segundo fugaz en el que las miradas nazarenas se crucen con los ojos del Señor para establecer un diálogo individual, sincero, directo, claro. Y así, haciendo nuestras las palabras pronunciadas por Rafael de las Peñas en el Pregón de la Semana Santa pronunciado el sábado en el Cervantes, podamos decirle: "Aquí estamos, Señor, para lo que necesites. Para aliviar con nuestro compromiso tu fatiga y ser obreros de la mies que siembra tu zancada firme. Aquí estamos, Señor, abrochados por el «quitacimbra» de tu mirada amable: mayordomos, capataces, mujeres y hombres de trono, «alzacables», «aguaores» y «los de la caña», a tu servicio, juntos, sin distingos de ningún tipo pues no hay categorías para quererte y seguirte, como el de Cirene, por esta calle de la amargura por la que vas, derechito al martirio, como cordero llevado al matadero".

Pero mientras ésto ocurre, viviremos de nuevo una semana plena de actividad. Hoy celebramos el acostumbrado Cabildo de Mayordomos y Campanilleros, al que acuden también los miembros de la Comisión Externa y en el que se repasan todos los aspectos organizativos y celebrativos de la gran jornada. El miércoles, los hombres de trono del Señor y de la Virgen están citados a las 20 horas en la casa de hermandad para asistir a la última convivencia de esta cuaresma en la que, además de especificaciones técnicas, se repartirán los puestos y se llevarán los tronos hasta la cercana parroquia. Y, el jueves de Pasión, a las 21 horas, Jesús de la Pasión y su Bendita Madre del Amor Doloroso serán trasladados desde la Capilla Sacramental hasta sus tronos en el tradicional traslado claustral entre rezos, meditaciones y música sacra (ojo, una hora antes de lo que viene siendo costumbre).

Te lo seguimos diciendo, hermano. Ven. Ellos nos llaman, nos necesitan, nos quieren a su lado. Respondamos con nuestra presencia. Y, si por motivos diversos ésta no pudiera ser, al menos sincroniza tu corazón con el latido del resto de cofrades de Pasión.