La predicación de estos días corre a cargo de José Antonio García Carrasco, párroco de Ntra. Sra. de las Angustias (El Palo). En su primera homilía nos propuso un reto: convertir el Quinario en unos cultos que conlleven pensar en la presencia del Señor en su Pasión las 24 horas del día. Ese pensamiento se completará con la asistencia a la Eucaristía vespertina, centro fundamental de la vida cristiana.
Igualmente continuó definiendo la línea argumental de sus pláticas estos días, tendentes a trazar un itinerario por las lecturas evangélicas cuaresmales. Y si para entender con exactitud qué ocurrió en los días previos de la Pasión hay que trasladarse hasta Palestina, el predicador propuso hacer en estas tardes una peregrinación mental hasta Tierra Santa para que cada uno de nosotros podamos hacernos una composición de lugar de aquellos lugares donde Jesús vivió.
Así, en la noche de ayer, el primer viaje imaginario nos llevó al desierto, "el lugar de la prueba donde el protagonismo lo obtiene el Espíritu Santo que es el que empuja a Jesús a evitar las tentaciones" que le ofrece el mal. Las sencillas palabras del evangelista Marcos siguen estando vigentes en nuestro alrededor pues continuamente nos acechan tentaciones revestidas de poder o vanagloria personal. Haciendo un paralelismo con la escena y nuestra vida diaria, el predicador terminaba exhortando a los fieles a dejarnos llevar por el Espíritu Santo, que éste "nos empuje al igual que en ocasiones necesitamos que alguien lo haga", invitando a que sea el Quinario "el empujón que nos hace falta para vivir la Semana Santa con fe, devoción y muchas ganas de que el Señor cambie nuestros corazones".
Segundo día de Quinario
En la tarde de hoy miércoles celebraremos la segunda jornada de estos cultos cuaresmales. Darán comienzo a las 19.30 horas con el rezo del Santo Rosario para, a las 20 horas, participar de la Eucaristía. Como es costumbre, el Quinario culminará con el canto de la Salve Regina a nuestra Madre del Amor Doloroso. Asiste, hermano, a estas celebraciones y predispón tu espíritu adecuadamente para vivir intensamente los días sacros que se nos avecinan.