En la tarde de ayer martes daba comienzo el Quinario a Jesús de la Pasión. Con motivo de estos cultos, el Señor preside la Capilla Sacramental en un efímero altar en el que resalta su portentosa figura escoltada por veinticuatro candelabros con cirios rojo-sacramental, bajo dosel recamado y sobre el frontal de Cayetano González que además luce un nuevo mantel bordado elaborado por las Camareras.
El predicador, Rvdo. Salvador Gil Canto, ha destacado en su homilía que la Eucaristía de la jornada se aplicaba por la elección del nuevo Papa recordando nuestra responsabilidad de orar por el nuevo Pastor. Seguidamente ha explicado cuál va a ser el hilo conductor de estos cultos, que no es otro que la Fe: un don gratuito que hemos recibido a través del Bautismo pero al que tenemos que dar una respuesta contundente si queremos adherirnos a Jesús de la Pasión. Por lo que el Quinario pretende ser, desde el punto de vista espiritual, un ejercicio constante de renovación de la fe. Cabeza, corazón y comportamiento, los tres valores básicos del cristiano, serán los hitos del itinerario establecido para estos días de reflexión personal.
Tras la Eucaristía nos trasladábamos a la Capilla para cantar la Salve a nuestra Madre del Amor Doloroso, incensar las imágenes y despedirnos de Ellos hasta el siguiente día. Recuérdalo, es el Señor quien nos convoca a vivir en él, en su cuerpo que es la Iglesia y en nuestro caso la Archicofradía, los días previos a la gran fiesta de la Pascua con la preparación adecuada.